En el mundo de los emprendedores, la innovación es el recurso que marca la diferencia entre una idea y una realidad.

Lo cierto, es que la verdadera innovación no sucede de la noche a la mañana, los resultados se alcanzan cuando trabajamos bajo una línea con tiempos y tareas definidas, cuando organizamos nuestras ideas y trazamos un marco de prioridades que nos permite avanzar, un paso a la vez, hasta lograr el objetivo final.

Si reuniéramos en la misma mesa a un grupo de emprendedores, notaríamos que probablemente cada uno de ellos tiene su propio genotipo, constituido por ideas, pensamientos y actitudes únicas e individuales. Curiosamente, en medio de tanta diversidad, te aseguramos que hay ciertas conductas que todos parecerían compartir.

Estos son algunos rasgos que todos los emprendedores compartimos, y tú, ¿con cuál te identificas más?  

1. El factor insomnio

La mayoría de las buenas ideas comienzan en una noche completamente ordinaria, en la que la creatividad ilumina nuestras habitaciones a tal grado que esa luz logra quitarnos el sueño.

Ese gran proyecto parece haber llegado a nuestras mentes como un acto ocasionado por el destino mismo. Comenzamos a concebir esa idea convertida en un éxito y las ansias nos impiden conciliar el sueño nuevamente. El emprendedor visual, tomará una hoja de papel en la que dibujará o tratará de poner esta idea materializada, antes de que algún incidente pueda poner en peligro el dominio de su creación. Mientras que el emprendedor de colchón, se quedará acostado sobre su cama dejando que la idea se apodere de su mente primero y después de la implantación, estructurará la idea y pasará a plasmarla en papel.

2. El fiel confidente

Cuando hemos estado seguros de querer comenzar a ejecutar nuestra idea de negocios, es común querer encontrar un poco de aprobación por parte de un tercero, generalmente alguien cercano, en quien confiamos al 100%. Esta persona será un personaje vital en la historia de nuestro proyecto convertido en realidad, ya que deberá jurar bajo palabra mantener el secreto hasta que sea digno de contar. También será el primer juez en evaluar que tu proyecto no sea un mera locura imposible de alcanzar.

3. El empujón

Es probable que la mayoría de las decisiones importantes en tu vida hayan sido gracias a un primer empujón, decisiones que quizá hayas tomado hasta sin estar convencido en un principio. No lo tomes a mal, es obvio que el responsable confía fervientemente en tu idea. A veces solemos ser tan inseguros, que en un inicio que requerimos que alguien sea lo suficientemente valiente como para convencernos de tomar acción y no esperar a que ese gran momento se convierta solo en una increíble idea que pudiste haber hecho realidad. Casi siempre, ese empujón se convierte en la primera vez que confías en tu idea, ya que al ver que alguien más intenta asegurarte que será un éxito, comenzarás a sentir una cierta adrenalina mezclada con nervios y con ganas de tener cubierto hasta el más mínimo detalle.

4. El pick up line

Al igual que en una conquista amorosa, la primera impresión es sumamente importante. Querrás a toda costa mostrar la mejor cara de tu proyecto al público al que vayas a presentárselo. Los nervios serán tu peor enemigo, pero deberás controlarlos, ya que de tu actitud y tu disposición, dependerá, en gran medida, la respuesta de tu audiencia. Sabrás que debes conocer a la perfección cada una de las partes y funcionamientos de tu idea ya que es probable que este “juez” sea un poco menos cordial que tu fiel confidente.

5. El que sabe escuchar

Este punto va dirigido principalmente para todos lo jóvenes emprendedores que se encuentran en el momento ideal para aprender de absolutamente todo y formar un criterio mucho más abierto. Mientras vamos creciendo, vamos también formando nuestra personalidad, y no es coincidencia que mientras más crezcamos, más necios y testarudos seamos, ya que tenemos opiniones y formas de pensar que difícilmente cambiamos. Un emprendedor exitoso acepta consejos de otros emprendedores que han pasado por la misma situación y han salido adelante. Es muy importante aprender a escuchar, saber tomar lo importante y dejar ir lo innecesario.

Apostamos a que ya te habrás identificado al menos con alguna de estas actitudes, si así es, ¡felicidades! tienes un rasgo distintivo de emprendedor, si no es así, estamos seguros de que te gustará compartirnos lo que piensas y platicarnos un poco sobre qué te ha enseñado la vida de emprendedor.

 


Artículos relacionados